martes, 26 de agosto de 2008

Pastillas para ser feliz.

Hoy me levante relativamente bien comparado con otros dias, sobre todo comparado con dias de meses pasados. Me estire un poco y me meti a la ducha. Tome desayuno y a la mitad del mismo, la mitad de la pequeña dosis de 0.5 mg de neuryl (clonazepam) El supuesto medicamento que me mantiene tranquila por lo menos hasta llegar la noche, donde nuevamente repito la dosis, pero doble. La neurologa que me trata este molestoso y poco oportuno cuadro ansioso, no quiso darme los antidepresivos por que no cree que sea necesario. Comparto su idea. Creo que las pastillas como estas son, por lo general, de doble filo, pero en este caso no me queda de otra que tomarlas (solo tomo el neuryl). Mi mejor amiga me comenta que cuando ella atravesó por esta dificil etapa emocional, su receta constaba de un comprimido de Humorap (famoso antidepresivo, sobre todo en la ciudad gris). Curiosamente, he encontrado tabletas de este medicamento en las gavetas de muchas personas que conozco. Me he tomado la molestia de indagar (sin y con permiso) en los armarios, tocadores, mesas de noche, etc, de muchas personas, en especial mujeres. Me he topado, tristemente, con varias planchitas de humorap, sertralina y clonazepam en muchos de estos escondites.

Se cuenta por ahí, que las mujeres estamos genéticamente predispuestas a la depresión, mas aun si existen factores hereditarios. Por que es esto? por que nos tocara esto a nosotras? En fin, a veces no se puede luchar con los genes....o al menos aun no.

No neguemos tampoco que los hombres también atraviesan por estos cuadros depresivos y son ellos los que menos quieren reconocer que existen estos sentimientos atravesados en ellos. Desde que me diagnosticaron depresión, no me termino de cocinar la idea, pero algo de cierto debe tener, me he sentido mal, decaída, apagada y marchita; pero también he sonreído y me he sentido mejor. He tenido energias de seguir con mi vida, de volver a encontrarle el sentido que habia perdido en algun lugar al andar. Y todo esto sin pastillas que me hagan "feliz" La he pasado dificil, me las he visto negras como se dice, pero tambien me he puesto de pie y he logrado sonreir y sentirme plena.

La moda de hoy es la visita al psiquiatra y depender de esos comprimidos que prometen la sensacion de bienestar, pero lo que realmente hacen estas pastillas es tapar estas emociones con una cobija y hacerlas dormir, pero tarde o temprano despertaran y recaeran en nosotros con mas fuerzas, por otro lado, si bien es cierto las pastillas dicen ser eficientes en algunos, es importante saber que somos energía, y tenemos el poder de curación en nosotros mismos. La depresión es una enfermedad, y asi como las pastillas pueden ayudar, el resto del pastel nos toca comerlo nosotros mismos. Lo he aprendido en estos dias, que a pesar de la dosis de ansioliticos que tomo, no me siento bien, es por que no estoy despertando esa fuerza interna que tengo, que realmente me hará sentir bienestar.
Vaya! que complicado es todo esto. Pero a mal tiempo buena cara, y es importante sonreir y saber que la felicidad no viene en comprimidos.

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